Son muchas las veces que hemos oído esta frase ¿quién no la ha dicho alguna vez? Tanto en el lado del que escucha, como en el del que la dice, la utilizamos para animar o animarnos a seguir adelante bajo circunstancias que muchas veces, ni elegimos ni nos gustan.
A lo largo de nuestra vida son muchas las veces que el escenario que nos toca no es el que deseamos, una enfermedad, un divorcio, un despido, una decepción… y muchas veces cuándo estamos sumergidos en esa situación la frase se nos vuelve vacía “¿Buena cara? Estoy yo para buenas caras” La cuestión no es ponerla así porque sí, no es un optimismo gratuito y vacío, sino cuestión de ampliar la perspectiva.
Hay muchas situaciones y momentos de la vida que nos vienen dadas sin elegirlas, es cierto, lo que también es verdad es que SÍ hay algo que podemos elegir y es la forma en que reaccionamos ante eso y cómo lo gestionamos.
Una misma enfermedad evoluciona de forma diferente entre los pacientes que se dan por vencidos y aquellos que deciden luchar.
Un mismo despido marca la vida de los empleados de forma muy diferente dependiendo de si piensan que todo está muy difícil y no es posible encontrar nada, o ven que aunque probablemente el panorama laboral sea difícil, ellos tienen valía, fortalezas y conocimiento, y eso les ayudará a encontrar otro trabajo.
Las circunstancias exteriores muchas veces son las que son y no tenemos superpoderes para cambiar lo que ha ocurrido, lo que nos han dicho etc, donde sí podemos sacar toda nuestra magia es en cómo creamos nuestra respuesta en nuestro interior, y ahí sólo y únicamente “mandamos” nosotros.
Beethoven tocaba mal el violín y su profesor consideraba que no tenía ningún futuro como compositor. ¡Qué suerte que era sordo y no lo pudo escuchar!
Fred Astaire, fue de los bailarines más influyentes en la historia de los musicales de cine y televisión, y nombrado la quinta «Mejor estrella masculina de todos los tiempos» por el American Film Institute, cuando hizo su primera prueba artística en el informe del director de pruebas, decía: ¡No sabe actuar!
¿Qué piensas que hizo Fred Astaire después de eso?
AL MAL TIEMPO BUENA CARA
El profesor de Enrico Caruso, uno de los más famosos cantantes de ópera de todo el siglo XX, decía que no tenía voz y que no podía cantar, ¿has oído eso? Su profesor!!. ¿Cómo crees que gestionó él esa crítica, tiró la toalla?
Henry Ford fracasó y quebró cinco veces hasta que finalmente tuvo éxito.
¿Te parece que Ford pensó que se rendía o simplemente consideró a sus errores como oportunidades de aprendizaje?
Hay una historia que me gusta mucho, nos cuenta cómo, al inicio de una conferencia sobre el estrés, el ponente colgó frente al público una gran hoja de papel blanco.
Con un rotulador negro dibujó una mancha irregular.
¿Qué ven aquí? Preguntó.
Uno tras otro, los presentes fueron contestando: Una mancha negra.
Eso supuse, dijo él. Ninguno de ustedes se enfocó en la hoja blanca, aunque tiene una superficie mucho mayor.
Precisamente de eso se trata, ¿cuántas veces ante una “mancha” no vemos el inmenso papel en blanco en el que podemos dibujar? ¿Cuántas veces sentimos que esa mancha ocupa todo y no hacemos nada por dibujar alrededor?
La situación que vivimos es la mancha negra, nuestra reacción ante ella el papel en blanco que hay alrededor… tú tienes el poder de hacerla diferente ¿qué decides?